Friday, March 23, 2012

Deseo, Sensualidad y Erotismo en la Poesia de La Mujer Dominicana en los EEUU

Para Annie Kushner, Cucha Tejada, Tatica Meneito, Rosa, Sasana, Margarita, Mabel Valeriano, Thelvia Acevedo, Rosario Ventura, Rosynn Moreno y Gladys Gould…. A quienes amé de una u otra manera, por si lo quieren….



La visión de la sexualidad a la que nos vamos a referir es sobretodo y más que nada a la que se refiere al placer. La sexualidad asociada a la reproducción de las especies no nos interesa para esta critica.

La feminista Yasmin Tambiah en su estudio “Sexualidad y Derechos Humanos” la define así: “la sexualidad es la amplia gama de sentimientos y experiencias eróticas que una persona experimenta en la relación consigo misma o en interacción con otros, en la que esta interacción puede tener lugar entre personas de sexos biológicos similares o diferentes.” Pero la sexualidad no existe sin especificidad. Michael Klein en su entrevista con Steve Fellner en el Lambda Lit Review establece que “la personalidad de la sexualidad es el deseo.”

Vamos a conducir este examen, que de paso vale decir NO ES EXHAUSTIVO, por el camino del erotismo heredado de la antigua Grecia y guiado por el dios Eros en cuyo reino se celebraba el gozo del placer y la sexualidad per se. Como subyacente teoría vamos a recurrir a la visión del filósofo Francés de la Revolución del 68’ Herbert Marcusse quién en su libro Eros y Civilización cuestionó las relaciones corporales del sistema capitalista mientras criticaba acertadamente la funcionalidad del cuerpo y la reaccionaria imposición de la civilización capitalista a nuestra sensorialidad. Según Marcusse el sistema capitalista necesita que nos despojemos de toda aquella sensibilidad que no tenga nada que ver con la producción de bienes materiales y/o la reproducción de las especies. El cuerpo es una máquina para producir y reproducirnos. Tenemos que aceptar esa realidad para ser funcionales dentro del sistema. En vez de recobrar TODOS nuestros sentidos para disfrutar la vida tenemos que despojarnos del sentir y vivir sobretodo y mas que nada para producir y reproducirnos! Como bien dice Bertrand Russell “Sabemos demasiado y sentimos muy poco.” Otro importante filósofo de la sexualidad moderna nos alumbra el análisis crítico y progresista de la sexualidad. En su libro La Revolución Sexual, Wilhelm Reich argumentó que la sexualidad humana era mucho más que el encuentro físico de dos personas y propuso que re-entendiéramos la sexualidad como generación y liberación de energía cósmica. Más que nadie mas, es el pensador francés, Michael Foucalt, quien mas nos ha influenciado en nuestra visión del placer. De los tres volúmenes de La Historia de la Sexualidad, el segundo volumen titulado El Uso del Placer, es esencial para entender cual es mi aproximación a este tema tan interesante y tan controversial. Pero parafraseando a Oscar Wilde me atrevo a subrayar que lo único que genera interés es crear escandalo.

Debo hacer una pausa y hacer mención de las diferencias a las que más tarde tendremos que referirnos cuando estudiemos el erotismo y/o la sensualidad en los textos. Debido a razones que están fuera de nuestro control, vamos a tener que enfocar mucho de nuestro anal-isis a la más practicada vertiente del erotismo poético en la comunidad Dominicana en el exilio, el denominado hetero-erotismo.

El discurso con el que trato esta investigación está per-meado, por supuesto, por una interpretación progresista de lo femenino puesto que a mi entender la concepción de la sensibilidad femenina (y que conste que aquí no estoy sugiriendo que existe una estética feminista) viene del género y no como resultado del sexo biológico. En otras palabras: Anatomy Is Not Destiny!!!

Debemos también aclarar, por razones metodológicas, que no existe una cartografía del erotismo y mucho menos una geografía del placer. Por lo tanto algunos de mis hallazgos y/o aseveraciones podrían ser consideradas erradas o por lo menos desatinadas. Donde yo veo erotismo otras verán vulgaridad, donde yo encuentro un elemento sensual otras consideraciones se podrían elucidar. La frontera entre lo pornográfico y lo sensual existe solamente en la mente de quienes critican una pintura, un poema, una coreografía o un cuento.

Sin embargo hay otro punto muchísimo mas importante. Antes de encender la chispa de la hoguera del anal-isis de dicha realidad poética tenemos que recordarnos, una vez más y desafortunadamente, de donde venimos, para poder descifrar y entender lo que escribimos y como lo hacemos.

Nosotr@s venimos de una matriz cultural cuyo común denominador es la castración social y sexual como consecuencia de la colonización que sufrimos de los españoles. Los Ibéricos nos impusieron su religión católica y con esta la abominable moral judeo-cristiana versión Española. Es decir, la ideología de la Inquisición Española del 1478. Los trágicos 31 años de fascismo Trujillista empeoraron el panorama aun más. Dominicanamente hablando no se nos permite identificarnos y mucho menos asumirnos como seres humanos sexuales. Nuestra identidad viene de una nacionalidad de lo que no somos, pero de la bandera, o de nuestro apellido, o peor todavía de la tonalidad del color “indio” de nuestra piel. Aún más, la autoritaria cultura Dominicana (he argumentado en mi ensayo A Propósito de Bolitas) se ha quedado al margen del avance y de la apertura social y cultural que otras sociedades Caribeñas y Latinoamericanas han experimentado en la modernidad por muchas razones que no tengo el tiempo de enumerar aquí. Resumiendo: las condiciones para la sobrevivencia moral, profesional y social de la malévola Dominicanidad están claras. No se habla, no se escribe, no se pinta, y mucho menos se danza para celebrar el sexo, el deseo y el placer. La asqueante doble moral de la cultura Dominicana impone que las dominicanas se “des-toto-izen”, como Junot Díaz ha apuntado muy certeramente en La Breve y Maravillosa Vida de Oscar Wao! (Proceso al que anterior a Junot ya yo había denominado “des-tota-lizacion.) Y por supuesto, como consecuencia de estas circunstancias nos auto-censuramos para que se nos respete, para que se nos publique, para que se nos incluya en las ferias de libros, se nos presente en las bienales y en las galerías de arte, en fin, para poder trabajar como artistas. No debemos olvidar ni por un instante que la mujer y sus posibilidades creativas sufren el doble de esta degradante doble moral!

Como corolario se podría inferir que no nos queda mas remedio que abandonar la búsqueda de evidencias; dudar que existen; o minimizar las posibilidades de encontrar, en la abundante y variada creación poética de la mujer dominicana en los EEUU, vestigios de sensualidad, sexualidad, deseo o erotismo!

Procede pues, en este momento, añadir la mas importante variable a la permutación irresuelta que tenemos por delante: la inmigración! Inmigrar nos ofrece luminosas posibilidades. Separarnos, alejarnos, aunque sea físicamente de esa media isla, infierno católico-apostólico y romano, nos brinda una deliciosa peligrosidad: re-descubrirnos, aceptarnos, asumirnos, escribirnos y describirnos en la diáspora. Es entonces cuando el licor con el que se embriaga la literatura en general y la poesía en particular, se desborda de las antiguas ánforas donde nos sirvieron el maldito Kool-Aid y las palabras de pronto nos envaginan, con ellas bebemos líquidos antes innombrables; nos analgamos; la cueva y el túnel adquieren texturas húmedas referentes y referenciales, los obeliscos del Trujillato inspiran a Príapos ; copulamos los verbos en vez de conjugarlos; En otras palabras nos a-cogemos, nos sinoni-mamamos, nos a-glandizamos. Erotizadas, sobrepasamos las limitaciones culturales y la hipocresía que el ghetto reproduce ciegamente. Como bien lo dicen las escrituras y parafrasear a San Juan, el del Nuevo Testamento: “Conocereis la vulvad y la vulvad os hará libres”.

Penetremos pues esta terra incógnita:

Podría argumentarse, y hasta cierto punto racionalizar, que la localización natural de signos o símbolos referentes a la sensualidad y al erotismo se hallan sola y mayormente en los poemas de amor y desamor. Sin embargo, no siempre es así. En Raga del Tiempo, el poema socio-político Son Para un Negro que No Esta Solo describe la semi-esclavitud de los haitianos en los bateyes Dominicanos, y Osiris Mosquea canta sus penas sin olvidarse de la piel y sus posibilidades: “Cuando el trapiche calla/el negro se tiende sobre el lino duro del bagazo por colchón/se estremece de ternura al lado de su negra.” Para mas adelante agregar que: “tras los conjuros del amor/el negro se olvida del trapiche/besa la noche toda suya.” En “Palo y Astilla” Josefina Báez nos dice en Dominicanish: “Terminé el active harrasment, pasándole la lengua por la nuca y con una mordidita en la oreja derecha. Como se le hace a un amante conocido.” Por su lado Maitreyi Villaman Matos, mientras describe la desolación urbana en el Sur del Bronx acierta: “la nieve era el manto perfecto/escondite disfrazando el rosario de terrenos baldíos/y la procesión de neveras, gomas, muchas gomas/camas ahora sin amantes/clamando por ese calor humano/hacedor de éxtasis, bebes y placeres….”

La exuberancia que produce el lenguaje de la naturaleza es una de las herramientas más que sugerentes para expresar la sensualidad femenina y quien mejor que “La Reina del Bronx” para ofrecernos una muestra que señala la importancia del erotismo en su poética. Miriam Ventura cantando al cuerpo nos dice: “me detengo en un punto egocéntrico de la cascada/cumplo con cinco puntos cardinales/ húmeda, corporal, sensitiva/la ropa pegada advierte de mí lo laberíntico.”

La trasgresión social que más me divierte y atrae en la literatura, es la valiente subversión de “la moral y las buenas costumbres.” Este desafío se presenta en más de una ocasión en el segundo libro de Karina Rieke “Mitología del instante” y especialmente en el poema que he escogido: “Apología del deseo” el cual presenta lo que podría considerarse una de las tautologías más interesantes de su sensualidad poética y de la visión Riekiana del erotismo femenino. Escribe la Rieke: “Acabo de morirme con tu muerte/cuando tu verbo toca la franja oscura de mi pelvis/destello que presencia los asombros salvajes/que disuelves en mi/liberándote/dibujando paisajes que prometen acoger mi cuerpo/seducido por salmos del deseo….. Suaviza mis aromas con el paladar/que es presente en todo el tiempo/en el orificio donde guardo tus ternuras/en el espanto de saber querer mas…. Polvorízame la boca con tus besos/para morir en el instante que sonrío/que reclamo/que soy monte…. Ven como instrumento/solo con el tacto/con la exhalación precisa/que te haga susurrar tus gemidos/en mi lengua/y tócame aquí/en lo correcto.”

Ya que entramos en la materia de la exploración corporal hemos encontrado que la masturbación femenina parece ser muy popular en las manos de estas poetas dominicanas. En “A través de mis ojos” Rieke canta irremediablemente: “Me miro a mi misma/a través de mis ojos/y descubro mi propia soledad/enroscada abrazo mi cintura/posiciono mis labios/quietos/suaves/entreabiertos/donde solo queda el deseo/esperando proporcionada/sujeto tu imagen/entre mis piernas…. Ambiciones blandas/se reintegran horizontales/y perfectamente entran/donde acontecen mis ganas… delineando suaves/mis tejidos/que danzan en su propio zumo.” Miriam Ventura por otro lado describe vehementemente en su poema “El Pulgar A La Intemperie” como sus dedos juegan con sus aceites. Sin embargo, es Osiris Mosquea en uno de sus poemas más visionarios quien nos ofrece una versión política de la auto-exploración de su cuerpo. Con “En tu piel quedó la espera” Osiris al igual que Karina Rieke declara que la mujer debe auto-afirmarse, auto-amarse y olvidarse de las caricaturas con las cuales el azaroso patriarcado la desfigura cuestionando de paso uno de los instrumentos mas efectivos para manipular las mujeres, la psicología: Escribe Osiris: “Cuando en las noches de insomnio decidas explorar tu cuerpo/saber porque mereces ser amada como a nadie todavía…..te meterás al bolsillo toda la doctrina de Freud…. Y desnuda tocarás tus pechos/cuando redimas el verbo en tu carne…. Serás tan feliz que trocaras faros por estrellas.”

Insisto en la popularidad del auto-erotismo y me honra presentarles estos versos, los cuales fueron mi verdadero coupe de foudre:
“no le mientas a tu cuerpo/es tan hermoso reconocer lo que gozamos/lo que a cada ratito nos hace pensar que si existimos…. No ignores a ti misma tus verdades/es tan divino desnudarnos descubrirnos/sin hacer guerra entre los sexos” Cualquier narrativa para explicar o analizar estos versos de Yrene Santos sobra ante el avasallamiento de los sentidos contenido en su poema: “Cuantas veces te lo voy a decir Teresa!”

La consideración de lo que es moral o inmoral en la literatura de la mujer -como hemos sugerido anteriormente aunque de manera tangencial - es parte integral de la valoración subjetiva de cada critico, o experta en la materia. En el prólogo del libro de Yrene Santos ya mencionado, El Incasable Juego, su eminencia gris Doña Daisy Cocco de Filippis se arrodilla ante el relicario en el que se venera la falaz hipocresía social Dominicana cuando escribe que este libro hay que verlo “por encima de lo prosaico, o mejor dicho elevando lo prosaico a nivel poético.” Quisiéramos poder entender que hay de prosaico en la belleza de estos versos de Yrene Santos cuando con un humor inesperado nos enrostra: “quise descender dando vueltas y mas vueltas en el suelo recién húmedo, recién satisfecho de amor pero no pude; …. entregándome, sacudiéndome, revolcándome…. No quise huir. Alli era feliz. Ese temblor de mis huesos quebrándose quebrándome, haciendo gárgaras suavecitas allá (donde usted sabe) donde se conjugan sabores; donde luego de creer que todo es sal por los sudores descubre que es azúcar, solo azúcar”

La excepcionalidad es refrescante y mucho mejor aun si por pura coincidencia suscita sorpresa sobretodo cuando se refiere a lo que uno ansia y espera poder encontrar en una autora. Pues bien después de mucho hurgar entre incontables paginas, poemas y títulos casi finalicé el libro “Claves para fantasmas” encontrándome de sopetón con este poema de Miriam Ventura: “Como quinceañera en estado fervoroso/la he recorrido de izquierda a derecha Viceversa…. A golpes de tacto me la disuelvo en movimientos rápidos… No temo a sus enjambres/ Su Muchedumbre cuando besa/ me predispone a lecturas sobre identidad o sexo/ me sitúa mas allá de etnias No me quejo/Este momento que me aleja de ella/me hace amarla tal y como yo quisiera que fuera.” La intención de ese poema, titulado “Con el fantasma de la opera a cuestas” es sugerentemente lesbo-erótica. Que conste que el tema esta tratado por la Ventura de manera muy sutil y sublimizadamente como cuando la Yrene Santos declara que: “alguien me toco el pubis, los senos, la espalda…. y me deje llevar”. Creo que he finalmente descubierto el tesoro al final del arcoiris.

La Dominicanidad de Julia Álvarez ha sido cuestionada seriamente por quien fuera mi mentor el Profesor y escritor Italo-Dominicano Giovanni Di Pietro. Aun así he querido indagar en su poética pues, a fin de cuentas, ella es la escritora Dominicana mas vendida en los Estados Unidos. En su poemario “The Other Side” y específicamente en “Poems of Joe” Julia compara su cuerpo con un libro en el poema “Bookmaking.” Alli Julia le pide a su amante Joe que la tome en sus manos y que la parta, como si fuese un libro, en la pagina exacta para ser leída…..

Ex profeso he querido dejar para este punto los versos de Yvelisse Fanith porque los mismos reflejan con gran exactitud la ambivalencia de lo que son mis reflexiones finales: “Quiero saber a que sabe/el tenerte entre mis brazos/ y sentir entre suspiros como penetras mi ser/y a compases entrecortados disfrutar de ese placer/de ese placer que se siente cuando el alma peca/quiero gemir en silencio y que tus manos me recorran/todo mi cuerpo/hasta juntar con mi boca/tu boca en un eterno beso…….. Quisiera hacer tantas cosas/y jamás hago ninguna…/Maldito miedo a la vida/que pasa sola en silencio/dejando un amor amargo e incurables heridas” Deseo concluir indicando que después de muchas y múltiples lecturas, y aunque parezca pedante, este es un tema que merece mucho más que una breve critica como esta. Necesitamos una colección, a modo de antología, para ser más justas con las escritoras dominicanas en los EEUU.

Con felicidad genital he encontrado -pues es más que evidente- que existen fuertes y serias intenciones en la escritura de estas mujeres en la diáspora hacia la exploración incontenible de su sexo, su sensualidad, deseos y erotismo. A pesar de los pesares las poetas del exilio se atreven y arre-meten contra el status quo de la Dominicanidad. Además muchos de sus ardientes versos cuestionan sin ambages su propia marginalidad a través de las texturas sensoriales de sus poemas eróticos. Amotinadas contra el sentido común que trata de silenciarlas, amedrentándoles los esfínteres y sus esplendidos destellos, las poetas ofrecen sus poemas como si fueran ostias en los altares de la carne ofreciéndonos una nueva comunión y re-convertirnos. De esa manera, y aunque no se lo proponen, crean ipso facto nuevos cuestionamientos que erosionan la mentalidad tradicional Dominicana para que los cirios incandescentes con los que la Catolicidad caduca celebra sus aniversarios el 21 de Enero adquieran interpretaciones alternativas y que dichos objetos no sólo se vean como velones enormes y erectas frente a los crucifijos y los martirologios altagracianos.

Me han salido al encuentro dulces sabores totalmente desconocidos pero muy presentes en los cócteles explosivos que nos brindan sus textos, sub-textos y la magia de sus imaginaciones inauditas…..! La historia les absolverá las limitaciones de sus onomatopeyas, lirismo y metáforas abstractas que tantas veces terminan siendo rebuscamiento innecesario para ofuscar la verdad:
1) Que es legítimo disfrutar y celebrar el placer y 2) que nuestro cuerpo tiene posibilidades desconocidas por nosotras hasta ahora y que estamos dispuestas a explorarlas sin culpa!

No quiero dejar pasar que es también cierto que hay mucho de cursi en la poética de las poetas dominicanas en la diáspora lo cual es una verdadera pena pues muchos de esos poemas cuando se leen se sienten amordazados por quienes deberían estar liberándolos: Fenómeno que yo he bautizado como “sensualidad de telenovela.” Parecería como si estas amazonas estuvieran sin control del animal de paso fino en el que finalmente se subieron. Quizás le temen a la rabia del jinete desbocado de la re-puta-ción!!

Mis mas fervientes deseos es que continúen y profundicen su discurso negando “el maldito miedo a la vida” con la serena prodigalidad con la que Yrene Santos llama a: “Jugar con la palabra/y amanecer con el monte húmedo mi pecho ávido y mis manos como hormigas construyendo una realidad que será eterna.” Y que vibremos para siempre con la Maitreyi cuando nos canta en el poema La Noche de Anoche:

“Me felicito/aplaudan las multitudes de esclavas/les quiero dedicar la noche de anoche/revelación maravillosa/donde con voz temblorosa la penumbra salió de su asiento/cuando dijo contestando la demanda: Cometelo con un: Si tu me lo comes a mi!

Amén!

Bibliografía

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